En el segundo día del reto comenzamos a observar algo clave: la relación entre los sueños y la vida cotidiana no empieza ni termina en la noche. La forma en que transitamos el momento de ir dormir y, sobre todo, cómo despertamos, influye directamente en la posibilidad de recordar lo que soñamos.
Después de haber trabajado la intención personal en el Día 1, hoy el foco se desplaza hacia los hábitos. Cuando esos momentos se ordenan, la memoria onírica encuentra más espacio para expresarse.
Por eso, los videos del Día 2 proponen hábitos fáciles de incorporar, que ayudan a mantener el hilo entre el dormir, el soñar y el despertar.
🎥 Día 2 – Parte 1:
🎥 Día 2 – Parte 2:
Este segundo paso consolida la base del recorrido. En los próximos días, estos pequeños gestos cotidianos van a empezar a mostrar su efecto en la claridad y continuidad del registro onírico.
Mañana seguimos con el Día 3.